Ciertos espacios urbanos (fábricas abandonadas, casas en ruinas, solares...) son la prueba irrefutable de la descualificación que han sufrido las ciudades y nosotros mismos. Los espacios y edificios ya no están pensados para perdurar sino para ser reutilizables, según la lógica económica del uso a corto plazo y de lo efímero. La ciudad ha perdido las cualidades que la convertían en lugar de encuentro de identidades, de relaciones y de historia. Ya no es lugar. Es recreada como espacio neutro de paso, cuyos elementos son continuamente intercambiados y modificados.
Los edificios que no cumplen la descualificación exigida por la nueva situación se convierten en ruina, pues no se sabe qué hacer con ellos. Y así, las ciudades se vacían o se convierten en escaparates. Por eso, la transformación de la ciudad es continua. Hay que reciclar los espacios o destruirlos. Lo nuevo ya se hace pensando en que un día será basura para reciclar y lo viejo, si es neutralizable se reutiliza, si no, se derruye. Por eso, este tipo de urbanismo es, por decirlo de algún modo, excretor y realiza sus obras de manera intencionadamente neutral, concibiendo el espacio como zona de paso, no de vivencia.
Las personas son concebidas en este contexto como pasajeros, turistas en su propia ciudad
Estos espacios abandonados son la huella de una ciudad que desaparece y permanece, el lugar por el que se esfuma y reaparece, pues las piedras no son lo único que conforma el lugar sino también la historia, las relaciones de quienes les dieron aliento y sus fantasías. Este carácter paradójico acerca el hueco a los monumentos o estelas funerarias. Deberían ser una invitación a que la persona se detuviera y pensara, un auténtico lugar desde donde reflexionar acerca de la definición de pasajero que se nos impone día a día en los espacios urbanos y acerca de la falta de lugares para la creatividad.
Espacios Difusos es un proyecto artístico de intervención temporal en lugares abandonados de la periferia norte de Valladolid, organizado por Oaestudio y el Colectivo Rémora, que pretende mostrar un ejemplo significativo de arte joven, al tiempo que saca del abandono dichos espacios, los sitúa en el ámbito de la creación y reflexión artísticas y difumina las fronteras naturales que dividen la ciudad, contrarrestando las fuerzas centrípetas que desplazan toda actividad hacia el centro.
Durante un día entero varios espacios de esta periferia adquieren un nuevo significado a través de diversas manifestaciones artísticas unidas por el cauce del río Esgueva.
Para ello, Espacios Difusos cuenta con 7 espacios, cada uno de ellos nombrado de forma particular, donde 14 artistas, a través de su obra, reflexionan sobre tales objetivos.
Bio
Estudio de investigación y diseño fundado por los arquitectos Jesús de los Ojos y Jairo Rodríguez en Valladolid. Su actividad reciente se centra en el desarrollo de espacios efímeros, stands, escenografías, exposiciones y performances urbanas así como en el diseño editorial y de mobiliario. En 2009 crean el Proyecto Matrioska junto al Colectivo Rémora con la idea de contribuir a la dinamización cultural de Valladolid enfocando su interés en todas las actividades artísticas que no tenían un espacio propio en la ciudad y en la búsqueda de esos espacios en lugares singulares, abandonados u olvidados.
Por desgracia edificios abandonados y olvidados hay muchos. Y muchas veces cuando se quiere hacer algo por ellos ya es demasiado tarde.Por lo que vuestras actividades me parecen una buena iniciativa.
ResponderEliminarOs dejo el enlace de mi blog por si os interesa conocer alguno más, no tiene ánimo de lucro.
de-otro-tiempo.blogspot.com