Las botellas de plástico PET (tereftalato de polietileno) tardan entre 100 y 1.000 años en descomponerse, ya que se trata de un material muy difícil de descomponer para los microorgaanismos. Según datos del Container Recycling Institute, en el año 2009 se produjeron 435 billones de botellas PET para bebidas embotelladas, de las cuales sólo se reciclo el 23%. En 2008 se consumieron 250 billones de litros de agua embotellada (no incluye sodas), siendo Estados Unidos el mayor consumidor (50 billones). Cada año se gastan 100 millones de barriles de petróleo en todo el planeta solo para producir botellas plásticas.
Estos datos deberían hacernos ver la necesidad de dar un uso a este material, y continuando con las ideas desarrolladas en este blog previamente, hoy proponemos la utilización de botellas para realizar sillas.
El diseñador polaco Pawel Grunert, creó esta silla fabricada con botellas de agua y un soporte de alambre de metal para la Edizioni Gallerie Colombari en Milán, en el año 2009, participando en la exhibición ECO-TRANS-POP.
Consiste en una estructura de metal soldada en una red que da forma a la silla. Las patas están también soldadas a la misma. Sobre ésta se fijan las botellas desde el cuello simulando un cojín y generando la pieza. Además de cómoda, se trata de una silla con un diseño muy innovador y realmente es una gran solución al problema del reciclaje y la utilización de los envases PET.
La idea de Paweł Grunert era producir un asiento con ironía a partir del producto mas popular que se puede encontrar en todas partes. Incluso el diseñador consideró introducir desechos de vaca en las botellas, para subrayar el significado irónico y a la vez obtener gas metano.
Pawel no sólo diseña sino que ha creado cerca de 200 muebles, objetos y esculturas. Su obra – esculturas, objetos únicos y muebles – calificada de ecodiseño se encuentran en colecciones privadas y museos nacionales e internacionales. El polaco nos sorprende con unos diseños ecológicos, absolutamente impresionantes. Nacido en 1965 en Varsovia, estudió Arquitectura de Interiores en la Facultad de Bellas Artes de su ciudad y en 1990 se graduó con honores en el Laboratorio de muebles con el trabajo titulado “mi silla”.